sábado, 6 de abril de 2013

Mañana será otro día.


Llegamos a Sol completamente colocados. Raquel no deja de hablar del hambre que tiene y de que quiere ir al Rave está noche. A mí me empieza a doler la cabeza y pienso en Sandra, también en Julia. No me sorprende nada que sea Paula quien nos vea primero.
-“Hola”- dice mientras da dos besos a Raquel.
Yo simplemente la miro y pregunto:
-“¿Viene alguien más?”
-“Sí, hemos quedado con Vanessa en Callao”-responde Paula
-“No sabía que estuviera en Madrid”-dice Raquel
-“Llego hace un par de días”-comenta Paula distraída
-“Genial, espero que siga teniendo sus contactos de hash”-me alegro.
Subimos lentamente hasta Callao donde tenemos que esperar veinte minutos hasta que Vanessa se digna a aparecer. Lo primero que noto es su nuevo moreno. Debe haberse estado tostando en Málaga durante la última semana. Me pregunto si se le notara mucho la marca del bikini o si habrá ido a una playa nudista para evitar tener marca. LA sola idea me calienta.
-“¿Llego muy tarde?”-suelta mientras sube los últimos escalones del metro.
-“No te preocupes” dice Paula rápidamente
-“¿Qué hace tanta gente en Madrid en pleno agosto? Casi no podía respirar ahí dentro. Bueno, ¿comemos?”
Mientras andamos hacia el restaurante, Paula se engancha del brazo de Raquel y se quedan algo rezagadas, me pregunto de quien estarán hablando.
-“¿Qué tal por Madrid?”-Me pregunta Vanessa mirando hacia un escaparate por el que pasamos
-“Más o menos igual que cuando te fuiste, creo que solo un par de ETSs nuevas circulando”
-“¡Qué bruto eres”- ríe-No, en serio, ¿algo que deba saber?”Pienso en algo que haya pasado desde que volví de Reus
-“No sé, yo también he vuelto hace poco. Bueno, Raquel dice que Paula y Jaime están follando últimamente”
-“Vaya, eso sí que no me lo esperaba. Vi a Jaime ayer y no me dijo nada”
-“Tampoco es tan importante”
-“No, supongo que no”-dice más para ella que para mí.
No hablamos más, pero compartimos un lucky antes de entrar al restaurante.
Dentro huele a especias y a arroz, el sitio está prácticamente vacio. Aun asi escogemos una mesa en el fondo. La camarera nos toma nota casi al sentarnos, Raquel se confunde y pide una carne demasiado picante. Nadie le dice nada, pero nos miramos divertidos. Los demás opinamos que es pronto para comer  pedimos tan la bebida, Coca-Cola para Paula y cerveza para Vanessa y yo. Paula ojea la carta en frente de mi, nunca me había dado cuenta de lo grandes que tiene los ojos. Resoplo y justo cuando estoy a punto de quejarme por lo que tardan en traer las bebidas, llegan. Le doy un largo trago a mi cerveza, sabe genial después del porro.
-“¿Qué hacemos esta noche?”- salta Vanessa.
-“Vamos al Rave, si llegamos pronto podemos estar todos juntos”-propone Raquel.
-“¿A quién quieres ver allí?”-pregunta Paula. Raquel se ríe y responde:
-“A Andrés” – Vanessa pone los ojos en blanco
-“Está bien, ¿Por qué no?”-digo, pensando en la cantidad de chicas que suele haber allí.
-“Voy a avisar a Jaime, ¿A que hora le digo?”-dice Paula sacando el movil
“Dile que venga a las diez, bebemos fuera y entramos, que traiga alcohol, el resto lo tenemos nosotros”
-“Vale”.
Acabo la cerveza y salgo a fumarme un flay. Cuando estoy a punto de encenderlo aparece Vanessa con unas gafas de sol. Me encanta como le quedan.
-“Anda, comparte que esas dos plastas no dejan de hablar a quien se ha follado Raquel y a quien no”
Me rio y enciendo el porro, le pego un par de tiros y se lo paso a Vanessa. Miro como le da una calada. Tiene unos labios carnosos, de los que querrías besar. Me devuelve el porro y me fijo en ella como si la viera por primera vez, me fijo en sus vaqueros negros desgastados, me fijo en la curva de sus caderas, en su cuello. Puede que no estuviera del todo mal follar con ella.
-“Realmente lo necesitaba ¿Te puedes creer que estaban intentando venderme a Adri? O sea, ¿Qué le ven?”
-“A mi no me mires, yo tampoco entiendo el éxito que tiene, me parece un poco corto la verdad”
-“Además yo ya me líe con él. Alguien debería enseñarle a usar esa lengua”-me rió muchísimo al oír eso.
-“No, en serio, es como si pensara que es su pene, siempre hasta al fondo”-dice mientras se ríe.
Nos pasamos cinco minutos desternillándonos ya sin ningún motivo. No puedo evitar fijarme en como sube y baja su pecho mientras se ríe, el efecto que tiene sobre su camiseta de tirantes y la ausencia de Sandra es demoledor. Me acaba de recordar el tiempo que llevo sin mojar, menos mal que esta noche vamos al Rave.
Cuando al final paramos, subimos y pedimos la comida.

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