sábado, 13 de abril de 2013

Culo perfecto

Salgo del restaurante a media tarde. Saco el móvil y trato de contactar con Helena. Tengo que llamar varias veces hasta que me lo coge.
-¿Qué tal Helena?¿Estas en casa?
-Hooola pequeño lince.... ¿Qué tal por los madriles?
-Un poco cortos de hierba.... Me preguntaba si...
-¡Ey! Por teléfono no- Me interrumpe, suspira- ¿Puedes subir aquí?
-Claro, era la idea, además hace mucho que no sé nada de ti. Se te echa de menos.
-Pero que pelota eres- ríe- Anda sube aquí y entretenme.
-Va, voy para allá.
Cuelgo y mascullo una maldición, odio hablar por teléfono, es un coñazo. Supongo que era demasiado pedir que una camello hippie como Helena tuviera whatsapp.
Después de comer y de los porros estoy bastante adormilado. Así que nada me apetece menos que tener que coger un tren hasta la casa de Helena, que está en Alcobendas, o sea, a tomar por saco. Pero necesito esa critical desesperadamente.
Así que voy bajando hacia Sol con la cabeza dándome vueltas y arrastrando los pies. Lo veo todo con el marco de los sueños, la gente con la  que me cruzo son solo objetos fugaces que desaparecen para no volver a ser vistos. Borrones que se mueven demasiado rápido para que pueda distinguirlos, son solo manchas. Es casi poética mi incapacidad para retener cualquier detalle de su figura, su ropa o su cara. Solo manchas.
Menos ella.
No sé de donde viene, pero desde el momento en que la veo ya no puedo apartar la mirada. Le pego un buen repaso a sus piernas de vértigo  unos amables vaqueros cortos y rotos me dejan admirarlas perfectamente. Lleva una camiseta negra, de esas que tienen un hombro caído, con cada paso se le cae un poco más. Me doy cuenta de que estoy siendo completamente grosero justo después de que me pillé desnudándola con la mirada. Veo como se acerca a mi, me preparo para algún insulto, espero que al menos sea original.
-¿Tienes hora?- pregunta cuando llega a mi altura.
-Eh.... Sí, son las cinco y media- respondo sacando el móvil.
-Mierda, llego tarde ¿Sabes dónde esta el Strarbucks de Callao?
-Sí, sube por esta calle y ve mirando a la derecha, debería estar por ahí.
-¿Debería?- dice con un tono entre irónico e intrigado.
-Sí, bueno, no voy mucho por allí así que me puedo equivocar. Oye, ¿Tienes un piti?
-Claro toma, a ver si no llego demasiado tarde, ya nos veremos- se despide guiñándome un ojo.
Le miro el culo mientras se aleja. Voy a encender el cigarro cuando veo que tiene algo escrito, es un número de teléfono, espero que sea suyo. No sé si es la hierba, la chica o las dos; pero estoy muy caliente ahora mismo, así que guardo el número como "culo perfecto".
Llego a la parada poco antes que el tren me subo y duermo hasta Alcobendas.

1 comentario:

  1. Es interesante como escribes. Me pareces original, y sobre todo, muy personal, bien escritas las cosas, bien enlazadas.
    A ver si nos das más alegrías como la de esta entrada :)
    Ah! Casi se me olvida:
    yo te follaba, mi querido Grey

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